La República de Panamá es un país localizado geográficamente en Centroamérica, su tipo de gobierno es “unitario, republicano, democrático y representativo”.

Nuestra moneda es el Balboa, sin embargo, desde que nos convertimos en República en 1903, ha circulado el dólar americano, moneda que era utilizada desde mucho antes como medio de pago, debido a la masiva migración que se dio durante la “Fiebre del Oro de California”, Construcción del Ferrocarril y el Canal Francés.

Migración y Moneda fuerte han sido siempre los elementos que ha atraído a millones de personas y empresas establecerse en Panamá; ya que su ubicación geográfica hace que sea un acceso ideal entre Latinoamérica y EEUU.  Adicionalmente en Panamá no hay control de divisas, por lo que ofrece una legislación favorable y flexible que lo convierte en un centro atractivo tanto para el comercio como para el patrimonio de clientes privados.

La seguridad jurídica es otro de los componentes significativos de la competitividad de Panamá, y determinante en la captación de inversiones extranjeras, de cara a la necesidad de generar nuevas y crecientes fuentes de empleo.

Históricamente, uno de los principales factores responsables de las miles de operaciones de empresas holding establecidas en Panamá por la comunidad financiera internacional, ha sido la relativa libertad tributaria. Panamá no tasa ningún impuesto al ingreso producido por fuentes fuera del país, incluyendo las utilidades de transacciones hechas fuera de Panamá. Este sistema territorial de impuestos es sólo una de las muchas ventajas de constituir una sociedad en Panamá.

En un mundo que avanza hacia una mayor globalización, la experiencia que ha ganado Panamá actuando con una multitud de factores financieros incluyendo actividades bancarias y un régimen fiscal especial que fomenta el comercio internacional, y por ende la convierte como un sitio ideal para llevar a cabo negocios tanto locales como internacionales.